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domingo, 29 de mayo de 2011

HISTORIA DE LA MONARQUIA

A través de la historia se han identificado diferentes monarquías; algunas de las cuales han sido decoradas, debido a su deseo de poder absoluto sobre las naciones, por ejemplo en el antiguo Egipto donde faraón era una deidad, al igual que algunos gobernantes orientales, en otras civilizaciones, la dualidad de poderes poder temporal y poder espiritual, hacía surgir un rey civil, como el en sumerio, mientras que los templos eran controlados por una casta sacerdotal.

En Egipto y Mesopotamia aparecen los primeros registros de nombres de reyes que constituyen algunos de los primeros documentos históricos:
Menes que unificó el Alto y el Bajo Egipto en el siglo XXXI a. C. y encabeza las Listas Reales de Egipto (aunque hay un periodo protodinástico o dinastía 0 anterior a la unificación, del que se han conservado nombres de reyes y reinos de menor escala desde el siglo XXXII a. C.); y los míticos Alulim de Eridú y los reyes de Kish, Uruk y Ur, aunque no es hasta Mebagaresi (el vigésimosegundo de Kish, que utiliza el título real de lugal u hombre grande, en torno al siglo XXVII a. C.) cuando se tiene más constancia histórica, aunque fuera considerado contemporáneo del mítico Gilgamesh. Otro de los primeros nombres de la Lista Real Sumeria a los que se suele dar crédito es Lugalzagesi de Uruk (siglo XXIV a. C.).
El sistema imperial en China, desde la Dinastía Xia (siglo XXI a. C.) que siguió a los míticos tres augustos y cinco emperadores primigenios, otorgaba al emperador el poder supremo bajo el Mandato del Cielo. Mucho más tarde, los kanatos mongoles, sucesores de Gengis Khan, extendieron ese concepto de poder universal por toda Asia.

Tras la inicial cultura del valle del Indo, las invasiones indoeuropeas o arias (un concepto filológico de debatidas implicaciones históricas) impusieron la civilización védica y formas de organización política y social de rasgos comparables a sus correspondientes entre los pueblos indoeuropeos de Europa (griegos, latinos, celtas, germanos). La mayoría de los estados de la antigua India que se repartían el norte del subcontinente hacia el [[siglo VII a. C. eran monarquías hereditarias (Magadha, Kosala, Kuru, Gandhara y otras, hasta un número de dieciséis), aunque el derecho al trono, sin importar la forma de acceso, era legitimado por genealogías ficticias de orígenes divinos compuestas convenientemente por la casta sacerdotal (brahmanes). El rey debía pertenecer a la casta chatría (de los guerreros).
El reino de Siam y el Imperio del Japón fueron los ejemplos más destacados de monarquías de Extremo Oriente.

La América precolombina contó con instituciones similares a la monarquía, que según los distintos grados de desarrollo cultural, consistía en jefaturas como los cacicazgos antillanos o en verdaderos imperios de rango continental como el Tahuantinsuyo de los incas o el Imperio azteca, pasando por entidades medias como los reinos mayas.

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